OBSERVAR Y VIGILAR

La capacidad de observación, atenta y alerta, es una de las cualidades más preciadas en un vigilador, porque está en la base del procedimiento preventivo destinado a reducir las contingencias en contextos en que el riesgo siempre está como posibilidad.

De ahí que se dice que la custodia de personas y bienes requiere, en rigor, ojos de vigía. Desde esa perspectiva, en términos de seguridad integral, el control resulta esencial a la prevención de incidentes. La combinación de aptitudes y actitudes de los guardias son determinantes en ese sentido, cualquiera sea la naturaleza del objetivo: instituciones privadas y públicas, empresas, consorcios, grandes superficies, entre otros.

Si la observación es clave, no lo son menos el recorrido y la verificación permanentes. Como decía el escritor Edgar Allan Poe, padre de la novela policial como género, “observar con atención equivale a recordar con claridad”.