APTITUDES Y ACTITUDES PARA EL CONTROL

Para brindar un servicio idóneo en materia de vigilancia, prevención y control, las cualidades de un vigilador se miden, por lo pronto, por su capacidad para ejercer una atenta y minuciosa observación, que está en la base de todo procedimiento preventivo para reducir las contingencias en contextos en que el riesgo siempre está como posibilidad.

Esa aptitud implica la combinación de percepción y registro detallado de cuanto ocurre y, al mismo tiempo, la anticipación a lo que podría suceder.

Es el único modo de garantizar una efectiva custodia de personas y de bienes, cualquiera sea la naturaleza del objetivo que se proteja: instituciones privadas y públicas, empresas, consorcios, grandes superficies, entre otros.

El recorrido y la verificación permanentes por todos los sectores señalados para efectuar la vigilancia consolidan ese servicio, teniendo en cuenta los riesgos evaluados previamente y, por lo tanto, las posibilidades de mayor vulnerabilidad.

PERSPECTIVAS DE LA SEGURIDAD PRIVADA

El incesante crecimiento del sector de la seguridad privada, en cantidad de guardias tanto como en infraestructura de servicios y recursos tecnológicos, ha experimentado una notable aceleración en los últimos cinco años.

De acuerdo con datos del Ministerio del Interior, este tipo de protección se expande en la Argentina a un ritmo del 5% anual y, en igual periodo, se incorpora a las filas de este segmento un promedio de 10.000 nuevos vigiladores.

A pesar de esos datos proporcionados por fuentes gubernamentales, funcionarios nacionales y provinciales coincidan en aseverar que la “sensación de inseguridad” es superior a las contingencias reales o a los sucesos delictivos concretos.

EFICACIA DE LA VIGILANCIA PRIVADA

Cualquiera sea la naturaleza del objetivo que se proteja (en edificios, residencias particulares, countries, barrios cerrados, empresas e instituciones), la vigilancia tiene sentido en la medida en que es, antes que nada, preventiva.

Esto es: cuando es efectiva para evitar los delitos (robos, hurtos, atentados contra las personas, entre otros) reduciendo al máximo posible las situaciones de riesgo, que, como se sabe, se han incrementado por distintas razones en nuestra sociedad.

A ese respecto, la decisión de contratar servicios de vigilancia y control, apelando a guardias privados, no es superflua sino todo lo contrario.