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SI HAY VIGILANCIA, HAY TRANQUILIDAD

La necesidad de sentirnos seguros y de vivir en tranquilidad forma parte de la demanda cotidiana que es posible verificar, con diferencias de grado, en distintos segmentos socioeconómicos, sea de manera individual, o bien desde instituciones, empresas públicas y privadas, entre otros sectores.

El incesante aumento de la delincuencia oficialmente registrada instala la percepción real de que el delito, en sus distintas variantes, integra la trama de los hechos cotidianos.

La estadística en ese sentido contrasta con las sensaciones de inseguridad, que suelen ser una excusa de los gobiernos de turno en un intento por justificar la insuficiencia de las fuerzas policiales para prevenir las situaciones de riesgo de las que se prevalece la delincuencia, a falta de vigilancia y control efectivos.

La inseguridad se ha convertido, pues, en unos de los asuntos más preocupantes y de mayor relevancia, en un contexto en que el Estado, por mucho que se esfuerce en el ejercicio del monopolio de la fuerza, no alcanza a garantizar, sin embargo, la cobertura integral para la protección de personas y de bienes…

NORTE SIS: UNA SÓLIDA TRAYECTORIA

Norte SIS acredita una extensa trayectoria como organización de seguridad privada integral: a lo largo de veintiocho años de sólida experiencia, ha consolidado con sus clientes un vínculo cordial y de mutuo beneficio.

A su respaldo y reconocimiento, que da testimonio de la credibilidad conquistada con capacidad de gestión, debe la cooperativa su posicionamiento corporativo y su proyección social. También la continuidad en el crecimiento, para la forja de un mañana mejor.

La confianza, la seguridad, la empatía y la proactividad distinguen su estilo institucional en la prestación de servicios integrales de seguridad, vigilancia, prevención y control, con resultados efectivos que agregan valor.

LOS VIGILADORES: IRREMPLAZABLES

En viviendas residenciales, en countries y en barrios cerrados, se ha acentuado la instalación de cercos electrificados, como si de ese modo pudiera evitarse que la ola de robos se extienda en los hogares, en un contexto de creciente inseguridad.
 
Sin embargo, como demuestra la experiencia, el control y la prevención que ejercen los vigiladores privados no pueden ser efectivamente reemplazados por ese mecanismo que, además, ha provocado problemas por los riesgos que implica y por sus alcances legales.
 
Quienes se encargan de proveer el servicio se refugian en los códigos Civil y Comercial de la Nación y Penal al afirmar que este tipo de muros es legal. Además, afirman que no son letales. Sin embargo, la Asociación Electrotécnica Argentina establece ciertas normas.
 
A diferencia de las alarmas convencionales, barreras infrarrojas y de microondas, sensores de movimiento y cables microfónicos que se activan una vez que el intruso ha ingresado al predio o la vivienda, este tipo de cercos constan de un tendido de cable de acero y un electrificador que transmite pulsos de alto voltaje, pero bajo amperaje que, al ser tocada, genera un doloroso choque eléctrico que aturde al invasor.
 
Como quiera que sea, lo cierto es que no constituyen barreras efectivas para garantizar la seguridad integral de un objetivo, cualquiera sea su naturaleza.
 
Al fin de cuentas, la presencia física de los guardias sigue siendo imprescindible.