DEL MALESTAR POR LA INSEGURIDAD

La inseguridad subjetiva -representada por el temor del 87,3 por ciento de la población a ser víctima de un delito- determina cambios en los comportamientos individuales. Y, lo que es peor, las personas que no se sienten protegidas en su entorno presentan malestares psicológicos.

La conclusión surge de un informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA). En las encuestas realizadas por sus investigadores, que abarcaron 5.683 casos, los consultados manifestaron llevar una vida poco feliz a causa de ese miedo, exacerbado por el actual contexto de inseguridad.

La desconfianza es otro síntoma de la situación y menos de la mitad de los afectados realiza la denuncia.

Desde una perspectiva psicosocial, los datos que se desprenden de ese estudio indican que “atravesamos una pandemia en el sentimiento de inseguridad”, señala Agustín Salvia, coordinador del informe.

“Eso produce una anomia social -remarca-, con ruptura de los lazos de solidaridad y de apoyos. Se evita usar el espacio público, las plazas se vacían. Hoy alguien golpea una puerta en pedido de auxilio y, en general, se lo ignora por esa percepción de poder convertirse también una víctima”.

El investigador observa, además, que “las percepciones de inseguridad no son generadas por los medios de comunicación y por la difusión de casos emblemáticos, tal como se suele creer o afirmar, sino que las cifras del delito, con al menos tres de cada diez hogares afectados directamente por robos cada año, muestran que existe una real y alta posibilidad de ser víctima del delito en la Argentina”.