SIEMPRE ES MEJOR LA PRESENCIA DE VIGILADORES

Administradores de consorcios, referentes policiales y de la Justicia provincial coinciden en señalar que las cámaras de seguridad y los llaveros de acceso electrónico en las puertas de edificios no alcanzan para garantizar la protección de personas y de bienes.

En este sentido, reivindican indirectamente el rol fundamental de la vigilancia privada física, sin perjuicio de los dispositivos electrónicos de control.

Las cámaras de videovigilancia resultan, pues, insuficientes, en la medida en que no disuaden hasta el punto de evitar el accionar de delincuentes. Sirven, en el mejor de los casos, para grabar los hechos ya consumados que no pueden impedir y son útiles a la investigación ulterior para determinar las causas del episodio o las modalidades de los malhechores. 

Como demuestra la reiteración de robos perpetrados con inconcebible facilidad en edificios, ladrones de distinto rango logran acceder sin mayores inconvenientes, pese a la existencia de estos mecanismos, sólo complementarios de la efectiva presencia de vigiladores que operan como vigías en el control y la prevención.