POR LA SEGURIDAD COMUNITARIA

El fortalecimiento de la seguridad integral comunitaria, particularmente en tareas de prevención y control, reconoce en los vigiladores privados uno de sus protagonistas fundamentales.


Es un hecho que se verifica día tras día frente al incremento de los riesgos y la extensión del fenómeno de la inseguridad pública que abarca sectores urbanos no ya sólo de escasa población sino también concurridos, y en horas dispares.


Los problemas de seguridad comunitaria han crecido al ritmo del desarrollo urbano, es verdad; sin embargo, la criminalidad toca zonas y barrios del mismo modo que en sectores céntricos. La vigilancia se ha tornado pues más necesaria que nunca, allí donde los mecanismos de control son fundamentales para prevenir y evitar los hechos delictivos.


Ello es así, sobre todo, por cierto, en Córdoba capital y en ciudades del interior de mayor expansión urbana, como, por caso, Río Cuarto, San Francisco, Villa María, Carlos Paz y Bell Ville, entre otras, adonde las necesidades de custodia complementaria a las prestaciones de las fuerzas policiales se han incrementado en proporción directa al aumento de los delitos que atentan contra personas y bienes.