LA VIGILANCIA PRIVADA VALE

Frente al difundido incremento de las expensas en consorcios, no falta quien asevere, sin conocimiento ni fundamento, que los servicios de seguridad privada representan el mayor porcentaje en la composición de los costos. Nada más falso.

Cualquier administrador sabe que el sueldo del encargado de edificio y la energía encabezan el ránking de los gastos comunes.

Con esas afirmaciones aviesas se pretende descalificar un tipo de prestación imprescindible para la tranquilidad de la vida consorcial, en la medida en que la presencia de vigiladores implica la atenta protección de personas y bienes.

Teniendo en cuenta el aumento exponencial de los hechos delictivos y, por lo tanto, el de los riesgos, la vigilancia, la prevención y el control resultan una inversión que, en todo caso, se mide por su valor diferencial y no meramente por el precio.

Esa necesidad se verifica no ya sólo en consorcios: incluye , residencias particulares, countries, barrios cerrados, empresas e instituciones, habida cuenta de que las fuerzas policiales (que es como decir: el Estado) no pueden garantizar la seguridad fuera del espacio de lo público.

Los servicios de seguridad privada constituyen el modo más efectivo (aun más que los recursos electrónicos) para reducir contingencias y evitar incidentes lamentables.