INSEGURIDAD Y VICTIMIZACIÓN

El sector más vulnerable de la inseguridad en nuestro país es la clase media no profesional, que se ha convertido en el grupo social más victimizado. En ese segmento, en efecto, el 32 por ciento confiesa haber sufrido asaltos, frente al 24 por ciento registrado en barrios humildes. 

Sin embargo, persiste una elevada cifra negra de la criminalidad, habida cuenta de que en todos los niveles sociales se mantiene una alta desconfianza frente a la denuncia de los episodios, circunstancia que impide contar con datos precisos acerca de la penetración del delito mediante herramientas diferentes a las encuestas de victimización.

En este año sólo el 47 por ciento de las víctimas denunció el hecho, según revela un estudio del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), de dónde la criminalidad ciertamente se torna difusa. 

Los autores del informe, llevado adelante en la ciudad de Buenos Aires, el conurbano y las principales ciudades del interior, señalan que, “básicamente, se considera una pérdida de tiempo la realización de la denuncia, especialmente porque se tiene la convicción de que no producirá resultados positivos“.

En ese sentido, los sondeos o relevamientos de victimización son aportes bien ponderados en muchos países, en la medida en que permiten delinear sus políticas de seguridad. Uno de sus efectos más valorados radica en el blanqueo de las cifras negras del delito no denunciado en el ámbito judicial.