VIGILAR ES “MIRAR” LO QUE PODRÍA OCURRIR

A través de la atenta observación y la evaluación certera de las contingencias posibles según las circunstancias de tiempo, modo y lugar, los vigiladores privados deben estar capacitados para actuar anticipándose a los hechos.
 
En esa aptitud radica el concepto de seguridad, entendido como la ausencia de riesgos o su máxima reducción mediante la prevención.
 
Precisamente, lo que cuenta en los guardias es, sobre todo, la percepción entrenada y la capacidad de “mirar” de un modo preciso lo que acontece hasta inferir, llegado el caso, lo que podría ocurrir.
 
Ese enfoque resulta imprescindible, en la medida e que se trata es de evitar la comisión de delitos derivados de situaciones riesgosas en que podrían perpetrarse atentados contra las personas, así como también hurtos y/o robos de bienes.