PARA EL CONTROL Y PREVENCIÓN DE INCIDENTES

En materia de seguridad privada integral, no todo se reduce a evitar la comisión de delitos que pudieran implicar daños a personas o robos de bienes, aunque, por cierto, sea lo que más preocupe.

La prevención de incidentes (sea que deriven o no en accidentes) también pertenece a lo que es necesario controlar para que la tranquilidad sea el resultado de un servicio que se precie. Sobre todo cuando se trata de incidentes que implican el riesgo probable de derivar en accidentes.

En este sentido, los procedimientos de vigilancia, si han de pretenderse efectivos, deben ser amplios y minuciosos, para no dejar nada librado al azar y reducir al máximo las contingencias a que están expuestas las personas y garantizar el cuidado de sus bienes.

En rigor, múltiples son las tareas que deben cumplir los vigiladores privados en todos y cada uno de los objetivos adonde se desempeñan.

El recorrido permanente en distintos sectores de cada lugar forma parte de las funciones profesionales que los guardias deben asumir en instituciones, empresas y consorcios.

Planteado en esos términos, y para que no sea sólo un enunciado de buenos propósitos, el servicio debe brindarse bajo estrictos protocolos que garanticen esa responsabilidad.